Un Lionel a la derecha...

“Se acercó al mar que estaba bravo y parose frente al diciendo, abridte, abridte como cuando el Piojo López se abría para tirar al centro al Bati!!! Y el mar se abrió y vieron peces de coloretes y pulpitos de goma, un par de tiburones, 1 kilo de cholgas y 20 langostinos para mojarlos con limón. Fiero, desafiante cruzó la bahía con un barco velero de papel glacé azul en el bolsillo y nunca más se lo vio arrastrado tomando peperina o licor de kiwi. Desde es momento fue se transformó en un ser espiritual y terminó haciendo la cola para ser Susano en el programa de la Su y después cayó e cana por vender sorbetitos con azúcar impalpable en una plaza de Bernal. Después le entró al tinto de cajita con tapita y cuando estaba medio mocho se tiró de un piso 20 para ver si se le cortaba la resaca. Colorín, colorado, este cuento ha terminado!” Esta fue la historieta que contase nuestro amigo Lionel Ritchie a 15 chicos de un jardín de acá a la vuelta donde pintó cumple y entramos, nos clavamos unos de jamón y queso y le afanamos la bandera, digo la piñata. Pero qué lindo fue correr, jugar a la mancha venenosa con escupitajos y cosas así que ya no se hacen porque es como todo, antes se jugaba sanamente. Ahora jugás al doctorcito y te duele mucho. Es así, qué le vas a hacer, pero bueno con nuestro amigo Lionel Ritchie en el xilofón, yo en la pandereta, Peteco Carabajal como Willy Baterola y Leonardo Favio en coros estuvimos zapando con los pibes hasta que dieron la lechona. Gran visita de Lionel Ritchie para recordar que los Playmóbil del espacio aún están vivos en nuestros corazones.