viernes, diciembre 08, 2006

Mmmmm... La chocolatada de frutilla me dejó rengo!

Me asomé a la ventana y miré hacia arriba en vez de mirar hacia abajo ¿Por qué? ¿Es que mi lucidez me hace ver más que los demás, más de lo evidente, más de Chascomús, Coronel Pringles o Cuchacucha? Si, me asomé y miré hacia arriba buscando una señal, algo que invitara a volar, porque el puloy descafeinado me está dejando venitas en los ojos y a la noche sueño, y no bailando, con Polino y la Pradón a la sombra de un perejil. Qué loco que es el amor, pues mi sensación es tan grande que ni ella lo ve, no yo ya se cómo es. Mi corazón arde como el viento norte en pleno enero con las bicis y los barcos cantando las canciones de verano del 98, de 87 y del 73 cuando usaba pantaloncitos cortos, mostrando las rodillas de macho cabrío che!. Y si, éramos re locos los pibes en ese entonces, pero ahora esa locura se me hizo carne en la piel y se que mi enfermedad sexual por los perritos con bozal me está dejando medio panqueque. Y si, hay que aguantar mi ritmo fiero, desafiante ante una vida de excesos. Es que la virulana dorada ya no satisface mi sed de cosmopolita, cosmonáutica, etc. La balsa había que tomar, pero no contra el viento, sino con carteles que digan: "Mirtha no se va", "El Gordo Valor vuelve" o "Promo día del niño: chomba de Iggy Pop con peluca a $10, talles xxx".

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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Parece que para encontrar las soluciones no hay que mirar ni arriba , ni ababjo , ni al lado , antes de todo eso hay que mirar adentro...
Chiry

4:09 p. m.  
Blogger AnTo.- said...

suelo mirar hacia arriba, pero porque mido 1.60. muy bueno lo suyo, siga así

5:48 p. m.  

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