¿Por qué en los museos no hay relojes?

Hola, hola, hola, holaaaaa... amigos del papel glasé con brillantina y una boligoma para hacer dibujitos de susanos, piojos López y carozos y narizotas. Cristian Castros no, porque no tiene onda. Le escribe su magnánimo, su ser superior, su estrellita de navidad que se prende y apaga pero que ahora es de color rojo porque ando mucho en la noche y me metí en un par de lugares que me dejaron pensando en las 157 poses de kamasutra de Carlos Matta, la globalización y el efector invernadero, pero me quedé con el sexo tántrico de 35 horas con broches en los codos porque me gushta mucho más y más y más en el desayuno porque es como el mañanero pero distinto porque no te hace ir al baño. Anoche estaba pensando en que la vida es muy larga para vivirla mirando Utilísima y Fashion TV donde ya no te dejan pegarte unos saques con le pegote de carpintero porque ahora dicen que te hace mal al marulo y te deja secuelas pa siempre. Mentira!!!... yo me bajé un tarro de 5 kilos y me puse re charleta a la noche con un inspector de tránsito que decía que era Dieguito Marado, pero el del alfajorcito y después se transformó en un elefante rosadito y salió volando. Naaaaa... es que ahora me andan diciendo por ahí que soy re zarpado y que cuento cosas que no son reales, como cuando tenía 5 años me hice la depilación completa, siendo el primero en el barrio y después todos andaban diciendo: eeehhh, ahí va el de la depilación completa. Si, y qué, me doy con todo y más cuando estoy contento porque quiero más, quiero sentir lo que sintiose Indra Debi cuando se ponía en transe y se jugaba unos trucos sin las manos y siempre sacaba el ancho de espada. Eso es vida, estar al límite, saber que el puloy no te deja marquitas en el cerebro como la Coca Cola y el Licor de Dulce de leche en exceso. Miralo a Peteco que se tocó un solo de saxo en Wilde y le tiraron con las sillas, flores de color amarillo patito y un libro de Jorge Bucay de las 100 recetas para hacer el "barrilete cósmico, de qué planeta viniste". Y es así, después cayó la policía con dos carros, un autito de colección estilo duravit, 25 perros caniches toyses para dar temor y una grúa de Play mobil re linda y como todo, se armose el quilombo y terminamos cantando canciones que sabían todos en la cárcel de Zapala como: "Cómo, dónde y cuándo de Miguel Conejito Alejandro", "Oh Mamá, ella me ha besado de Pablito Ruíz" y "La marcha de la bronca en versión unplugged de Marcelo Polino y en los coros de Mariquita Valenzuela".