CRONICAS PARALELAS, por Tulio Descalzi.
HOY: "Había una vez un lanzador de cuchillos tramontina"
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Arístides Bengoechea, otra gloria del deporte argentino. Olvidado por unos y recordados por otros como el mejor lanzador de cuchillos del mundo en su especialidad Tramontina.
Arístides nació en Claypole un 27 de agoto de 1941. Fue hijo único del matrimonio conformado por Jacinta Pichimahuida y Mariano Bengoechea. Cuando apenas tenía 3 años demostró sus primeros dotes en el lanzamiento de objetos como: platos, trompetas, toscas e itacas, pero no fue hasta los 5 años que su madre le dio la oportunidad de participar de un concurso organizado por el Circo Walter Nelson de Villa Bosch, que buscaba reemplazar al Enano Soto, el único enano rumano. Tremenda fue la decepción de Arístides luego de quedar eliminado en semifinales. No obstante siguió practicando con sus hamsters Carozo y Manguerola (después se enteró que habían dos muñecos en la tele con nombres parecidos pero ya era tarde para reclamar).
En 1951, a los 10 años, Arístides se vio envuelto en un hecho de sangrientas características. En una estudiantina organizada por la Escuela Agrotécnica Irma Roy de Chacabuco, en una exhibición de ensartamiento de brochet, hirió de muerte genital al director. Esto le valió la explusión de la escuela y su alejamiento de la vida deportiva.
Decidido a triunfar y cansado de laburar gratis para el viejo, con 21 años viaja a Tucumán en 1962 par especializarse en lanzamiento de cuchillos tramontina, en lo que se convertiría en un deporte de elite en los años ’70 acompañado de la música disco, el tute y la bondiola con pan.
En 1968 se consagra Campeón Nacional en Mar del Plata y un año más tarde obtiene el Título Sudamericano peso tutuca en Coquimbo (Chile), luego de derrotar en la final al puertorriqueño Juanca García Meola. Desde el ’70 hasta el ’75 fue campeón nacional y repitió el sudamericano de Lago Titi Caca en el 72. Arístides era ya un lanzador de experiencia y decidió ir por el título mundial en 1976 disputado en Moscú. Sólo logró un digno tercer puesto. Pero en 1978 en Quito sorprendió al ruso Pepino Verea en la final y se consagró Campeón Mundial. El sueño estaba cumplido y hasta fue tapa de Play Boy, Anteojito y Antifás, Bricolaje y de las revistas de crucigramas venezolanas.
La fama llegó y consigo el dinero, las mujeres, estupefacientes, el puloy y el alcohol. Se dice que fue el inventor del trago “te espero en la vereda”, el cual por su contenido político se modificó a “te espero en el piso”. Sin rumbo fijo, abandonó la actividad deportiva tras una decepcionante actuación en el Panamericano de Trenquelauquen en 1980, donde le ensartó 25 cuchillos al jurado.
Deprimido se aisló en un campo de Monte Chingolo. Peor aún, el deporte que ya venía en caida a nivel mundial, terminó de practicarse en 1985. Trató de volver al estrellato pero como actor y sólo tubo un papel como extra en “Calígula, el regreso”. A fines de 1986 se lo encontró muerto frente al espejo con un tramontina clavado en su pecho. La depresión, el alcoholismo, las drogas, el avance de la televisión por cable y el sexo desenfrenado o heavy metal, llevaron al gran Arístides a confundirse frente al espejo con un chorro. Bañado en sangre escribió: “Da Vinci esconde algo”. Qué habrá querido decir con eso. Nadie lo sabe y todos hablan de su afición al sexo grupal y con perritos pekineses, pero negritos.
Ese fue el final de otra gloria del deporte nacional. Arístides Bengoechea, el mejor lanzador de cuchillos tramontina de la historia.
CRONICAS PARALELAS: "Había una vez un lanzador de cuchillos tramontina", por Tulio Descalzi. (Un 17 de marzo de 1980 Descalzi se taponó por comerse sin respirar un grisin de 35 cm en Plaza Miserere y le tuvieron que hacer 15 enemas para ver qué pasaba. Creer o reventar)
Etiquetas: Crónicas Paralelas
7 Comments:
Mi viejo me contó una vez sobre un Arístides Bengoechea. Nunca pensé que ra tan grande el chabón. hay que reamar la Liga mundial de Lanzadores de Chuchillos Tramontina. Que no se corte!
Tutam Lenón
Me sorprende que Descalzi, tras la muerte de Arístides Bengoechea, no se sometiera a ningún tipo de autoflagelación, no sé...una tramontana ocasional en zona perigenital sin compromiso de mutilación o algo así, pero, en todo caso, como siempre tengo que apuntar algún motivo para tan trágico final delante de un espejo (hay que ser masoca...con la cara tan fea que se tiene que poner a uno tras tramontanarse pectoralmente).
Pues sí, este hombre sintió vacía su existencia por la falta palpable y constatable de perritos pekineses negritos. Su vida sexual se vió seriamente afectada por, digámoslo en forma suave, su falta de práctica, es decir, por su ausencia total.
Con esas perspectivas de celibato obligado, no me extraña que se hiciera una tramontana, lo que no termino de entender es por qué no se hizo, ya puesto, una circuncisión in situ.
Terrible existencia...
a que se debe el comentario que me dejaste? , me quedo dando vueltas...
me apreció tierno el finald e Bengoechea. Creo que su finale s como el de todos los grandes de la historia. Además, yo tambiñen hago chanchadas con los pekineses negritos, y qué?
Tutam Lenón
Si este pibe hubiese tomado ribotril de chiquito, estaríamos hablando de un desperdicio para la humanidad. Cuántos pibes como éstos quedan en el camino por el flajelo que resulta ser la vida misma...
Ni se te ocurra pasar por http://escaletas.blogspot.com
Un Abrazo!
muy bueno, saludos Deberian pegarse una vuelta por mi blog.
Salud y Exitos!
no puedo estar mucho che
ando a full
ya sabes como es el estudio supongo
cuando tenga tiempo te mando una foto yao qeres?
y en las vacacxiones de invierno me paso tdos los dias :) semana santa seguro q paso =
un abrazo!
micaa*
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